El número de motos eléctricas matriculadas ha ido aumentando progresivamente en los últimos años. Si bien representa todavía una cifra muy baja con respecto al total de las ventas de motos, sigue siendo significativa. Este aumento se debe principalmente al ahorro que suponen. ¿Quieres saber por qué son una opción realmente interesante? Sigue leyendo.
Características de las motos eléctricas
Las motos eléctricas se diferencian de las tradicionales en que no utilizan combustible. Funcionan gracias a una batería que debemos recargar cada cierto tiempo. Y es aquí donde se encuentra la principal fuente de ahorro con este tipo de vehículos.
La recarga suele hacerse entre los 70 y los 100 kilómetros, y puesto que la distancia media recorrida por un motorista al día ronda los 25, la relación es bastante buena. No obstante, debemos tener en cuenta que el tiempo que lleva la recarga es mayor al que nos supone repostar en una gasolinera.
Además del ahorro en combustible, las motos eléctricas nos permiten también hacerlo en averías. Su mantenimiento no es solo más sencillo, sino que también los fallos son menores. En otras palabras, los costes se reducen.
Sin embargo, no todo son ventajas, ya que las motos eléctricas también tienen sus inconvenientes. Su precio de venta es bastante más elevado que las normales, y dado que su autonomía es mucho menor, no son adecuadas para todo tipo de necesidades.
El futuro de la movilidad
Aunque el crecimiento de las motos eléctricas está siendo gradual, las normativas con respecto a la contaminación medioambiental han cobrado fuerza en distintos sectores. Así, el único camino a seguir es aquel que respeta el entorno. Por ello, en Andorra se puso en marcha en 2017 el Plan Engega, con el objetivo de impulsar un medio de transporte sostenible.
Puesto que se trata de una zona que, por su localización, necesita ser protegida, las motos eléctricas son una solución altamente viable. Y así lo ha demostrado el motosharing; una nueva propuesta ya existente en otros países que consiste en alquilar una moto eléctrica y pagar únicamente por los minutos que la hemos utilizado.
Por otra parte, algunas ciudades de España como Barcelona o Madrid han implantado ya normativas para controlar la contaminación en la zona centro. Estas suponen limitaciones a la entrada de vehículos que no cumplan con una determinada eficiencia y unas emisiones bajas. Además de utilizar también plataformas para el motosharing.
En Andorra, las distancias medias recorridas no superan los 15 km en el 90% de las ocasiones. Por lo tanto, en lo que se refiere a la autonomía, las motos eléctricas serían suficiente para cubrir dichas necesidades.
