¿Qué hacer si has tenido un accidente y el otro coche se da a la fuga?

coche se da a la fuga

Desgraciadamente, de vez en cuando ocurre que un coche se da a la fuga tras un accidente. Quizás no quiera hacerse responsable, o no tenga la ITV o el seguro al día. Sea cual sea el motivo que le lleva a actuar así, es importante saber qué hacer y cómo reclamar los daños.

¿Qué hacer si has tenido un accidente y el otro coche se da a la fuga?

En un accidente común, lo primero es tomar los datos para gestionar responsabilidades y reclamar daños al seguro. Sin embargo, si el otro coche se da a la fuga, es imposible ejecutar esos trámites. Por eso, si te ves envuelto en un suceso similar, es primordial mantener la calma. Puede que te entre el pánico y quieras correr detrás del otro coche, pero no es la mejor idea. Por el contrario, lo primero que debes hacer es quedarte en el lugar donde ha tenido lugar el accidente y recopilar todos los datos que puedas. Qué modelo de coche era, el color o la matrícula y cualquier dato que permita identificar al otro conductor. A continuación, llama a la policía e informa de lo ocurrido.

El consorcio de compensación de seguros

Si no has sufrido daños físicos graves, seguramente tu principal preocupación serán los daños materiales que haya sufrido tu coche, y cómo reclamar o percibir una indemnización. Para ello, debes saber que existen dos opciones. En primer lugar, que gracias a los datos que hayas recabado puedas interponer una reclamación a través de tu aseguradora. Otra es que no demos con la identidad del otro conductor. En este caso puedes acudir al consorcio de compensación de seguros, un organismo público que surge para cubrir ciertas situaciones en las que no actúan los seguros, como fenómenos naturales o el supuesto que estamos analizando. Será al CSS a quien tengas que solicitarle la indemnización correspondiente si sufres un accidente y el otro coche se da a la fuga. Para ello, deberás aportar todas las pruebas que reúnas, y demostrar que, efectivamente, el otro conductor no ha podido ser identificado. En cualquier caso, debes saber que la CSS no suele hacerse cargo de los daños materiales este caso, salvo que sean muy graves, y que son trámites complejos, por lo que quizás necesites el apoyo de un abogado especialista. Por otra parte, existe la posibilidad de que tu aseguradora pueda gestionar la reclamación, por lo que lo mejor es que primero preguntes si se hacen cargo.

Ten en cuenta que, ante cualquier incidencia, lo mejor es tener un buen seguro que cubra tus daños. Y nosotros estamos aquí para prestarte los mejores servicios en caso de accidente o daños de tu vehículo, así como personales.

4 tipos de seguros de coches y qué cubren en caso de accidente

4 tipos de seguros de coches y que cubren en caso de accidente

Asegurar tu vehículo no es sólo una obligación, es una forma de garantizar que cubrirá las necesidades que tengas. No sólo en caso de accidente. También pueden cubrir otras cuestiones. Sin embargo, es conveniente comprender cuál es el mejor para ti, de forma que pagues por lo que realmente necesitas. Estos son los 3 tipos de seguros de coches más utilizados, y sus características.

Los tipos de seguros de coches más básicos

Comenzamos hablando del más básico: El seguro a terceros. No sólo eso, también es el mínimo requerido para que tu vehículo pueda circular legalmente. Sus principales coberturas son:

  • Responsabilidad civil: cubre los daños, tanto materiales como personales, que le provoquemos a otro coche o a las personas que viajen en él.
  • Reclamación de daños.
  • Daños por atropellos de animales domésticos o cinegéticos (salvajes).
  • No cubre los daños que suframos en nuestro coche, ni nosotros mismos.
  • También incluye la cobertura de vehículo de sustitución en caso de que haya accidente y cuando se hayan producido daños materiales que supongan la inmovilización del vehículo asegurado.
  • Incluye a su vez servicios de asistencia en viaje como la reparación de urgencia en carretera, el remolque del vehículo hasta el taller más cercano en un radio de 50 kilómetros y repatriación del vehículo al lugar de domicilio habitual del asegurado si no pudiera ser reparado en menos de 48 horas.

Es el seguro más sencillo. Sin embargo, si creemos que se queda un poco corto, pero no estamos dispuestos a pagar un seguro completo (en ocasiones ocurre porque ya tiene una cierta antigüedad, o porque se escapa del presupuesto), podemos optar por un seguro a terceros ampliado. En este caso, además de incluir lo mismo que el básico, se suman otras coberturas que nos benefician, como la rotura de alguna luna de nuestro coche o los accidentes corporales que pueda sufrir el conductor.

El seguro más completo

Hasta ahora hemos hablado de los dos tipos de seguros de coches más elementales. Sin embargo, si queremos garantizarnos la protección casi total, lo mejor es que optemos por un seguro a todo riesgo. Ofrece una amplia gama de coberturas, que incluyen:

  • Responsabilidad civil: como en el caso de los seguros a terceros, los daños ocasionados a otros vehículos.
  • Daños propios: daños en nuestro propio coche, conductor y ocupantes. Y esto, además, lo cubren independientemente de que haya otras personas involucradas en el accidente, colisión, etc.
  • Vehículo de sustitución.
  • Rotura de cristales.
  • Accidentes corporales del conductor.
  • Robo, incendio y daños de la naturaleza: daños materiales sufridos por el vehículo como consecuencia de explosión, viento, etc. o por robo consumado.
  • Valor a nuevo del vehículo durante los dos primeros años.
  • Asistencia en viaje.
  • Franquicia (de diferentes tipos tal y como explicamos más adelante)

Este tipo de seguro puede ser de dos tipos: a todo riesgo con franquicia o sin ella. Si tienen franquicia suelen resultar más asequibles, pero a cambio el titular, en caso de accidente o reparación, deberá abonar el total de la franquicia, por lo que el seguro se hará cargo del restante.

Terminamos mencionando un seguro especial, aquel destinado a cubrir vehículos clásicos, que tienen más de 25 años. Por eso, es importante identificar qué tipo de necesidades necesitamos cubrir, y elegir el seguro de coche que más se adapte a nosotros, de forma que no paguemos de más, pero tampoco nos quedemos sin la cobertura que requiere nuestro coche.