¿Gripe o resfriado? | Síntomas y causas

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Con la llegada del frío hacen su aparición muchas cosas muy buenas. Hablamos de la nieve, el esquí, el chocolate caliente… Sin embargo, existen otras cosas menos agradables que suelen hacer acto de presencia cuando empiezan los primeros días fríos del año. Una de ellas son las enfermedades de las vías respiratorias. Pero, ¿sabemos diferenciar si tenemos gripe o resfriado?

La mayoría de personas no es capaz, menos aún durante los primeros días. Y es que tienen una sintomatología muy parecida. Por ello, vamos a intentar dar unas pequeñas pautas para reconocerlas y aprender a diferenciarlas. Pero, sobre todo, a saber cuáles son las causas y cómo combatirlas, tanto si se trata de una gripe como de un resfriado.

¿Gripe o resfriado?

Lo primero que debemos saber es que ambas tienen un origen similar, y cursan unos primeros síntomas muy parecidos. Así, muchas veces se confunden. Por este motivo, nos centraremos en marcar sus puntos comunes y, aún más, sus diferencias. Intentando ayudar a aprender a distinguir si padecemos gripe o resfriado.

Causas de gripe o resfriado: origen vírico

Los casos de gripes y resfriados aumentan con la llegada del invierno, ya que es el mismo frío el que hace de canalizador -que no de causante-, y puede aumentar las probabilidades de padecerlos.

La capacidad defensiva de las vías aéreas superiores se ve mermada con la llegada del frío. ¿El motivo? Las mucosas reducen su eficacia, dando así origen a la proliferación de algunos virus.

Ambos tienen un origen vírico, pero cada uno originado por un virus diferente. Por eso no hay que creer que un resfriado puede convertirse en una gripe si no se trata adecuadamente, ya que desde el inicio son cosas completamente diferentes.

La gripe es causada por el virus de la influenza, que suele modificarse cada poco tiempo. Así, suele cursar síntomas que pueden variar según la modificación, agravándose o volviéndose más leves. Estas mismas variaciones son las que hacen que el virus pueda contagiar a la misma persona cada año.

El resfriado suele ser ocasionado por el rinovirus. Es mucho más común entre la población y muta de forma muy rápida, provocando su ‘aparición’ varias veces el mismo año.

Evolución y duración

Los síntomas de la gripe suelen ser más graves que los del resfriado. De hecho, pueden llegar a ocasionar fiebre de varios días de evolución. También aparecen de una manera más súbita, pudiendo durar entre una y dos semanas.

El resfriado, por el contrario, es de evolución más lenta, apareciendo sus síntomas de manera gradual, con una menor duración y de una agresividad mucho más leve.

Sintomatología

En ambos casos existen síntomas frecuentes, como lo son la congestión nasal, mucosidad, estornudos y tos, dolor de garganta y de cabeza, disminución o perdida del apetito y malestar general.

Las diferencias se encuentran en la aparición de fiebre. Es muy rara en el resfriado, y de corta duración. En el caso de la gripe, en cambio, es más alta y puede cursar varios días. También hay diferencias en la aparición de dolores musculares, escalofríos y fatiga, que suelen acompañar a cualquier gripe.

Tratamiento común

El tratamiento para combatir los síntomas, ya se trate de gripe o resfriado, suele tener muchos puntos frecuentes. Por ello es interesante repasarlos todos.

  • Uno de los más importantes es mantenerse hidratado, por lo que es primordial aumentar la ingesta de líquidos. Esto ayudará a fluidificar la mucosidad, para poder eliminarla mejor.
  • Tomar bebidas calientes, principalmente sopas, caldos e infusiones. En muchas ocasiones es complicado, puesto que el apetito disminuye mucho, pero ayudarán al organismo a estar más fuerte para poder combatir los síntomas. También ayudará a aliviar el malestar de garganta, si se tiene.
  • La utilización de enjuagues salinos nasales o suero fisiológico, mejora y alivia la sensación de obstrucción por mucosidad que dificulta el respirar con normalidad, aportando un gran alivio al día a día.
  • Los analgésicos pueden proporcionar alivio y mejorar los síntomas más molestos, como el dolor muscular y el malestar general, que suelen aparecer en ambas enfermedades.
  • El descanso, aunque pueda parecer algo muy obvio y sin importancia, es algo que también ayudará a mejorar en cualquiera de las dos enfermedades.

Tratamiento de la gripe

Causada por el virus de la influenza, la gripe es una enfermedad que nos acompaña de manera habitual cada invierno, siendo muy aconsejable el vacunarse si se es una persona que pertenece a un grupo de riesgo. Esto ayudará a evitar la gravedad de la enfermedad, si llegara a darse, y sus complicaciones, como pueden ser la neumonía.

  • Como hemos dicho con anterioridad, la gripe suele causar unos síntomas más intensos y acusados en el tiempo que el resfriado, por lo cual en ocasiones es necesario tomar antitérmicos para aliviar la fiebre.
  • Los antibióticos podrían ser necesarios en algunas gripes, pero al no ser un medicamento de venta libre, es necesario pasar por un médico que diagnostique correctamente la enfermedad y el suministro de la medicación adecuada.

Gripe o resfriado: prevención

No podíamos omitir otro punto importante, y es la prevención. Los virus, especialmente los que son tan comunes, tienen una alta capacidad de contagio, por lo cual muchas veces lo mejor es prevenirlo, especialmente cuando se puede evitar el contagio con tan solo unos sencillos puntos a tener en cuenta.

La prevención empieza en uno mismo, con lo cual mantener una dieta sana y equilibrada, para aportar al organismo todos los minerales y vitaminas necesarias para mantenerse fuerte.

Unos hábitos saludables, como la práctica de algún deporte, también mejora la capacidad de nuestro sistema inmune para defenderse ante ataques externos.

Beber dos litros de agua al día, o bebidas que lo sustituyan, para ayudar a mantener las mucosas correctamente hidratadas. Si lo están serán capaces de defenderse de los virus externos que quieren entrar en el organismo a través de ellas.

Lavarse las manos con frecuencia. Esto es algo que se ha remarcado mucho a causa de esta pandemia, y es extensible a cualquier virus. La mayoría de ellos mueren de una manera muy sencilla con un buen lavado de manos, por lo cual es primordial hacerlo con frecuencia.

Usar pañuelos desechables. Los pañuelos de tela se quedan con los virus y, al volver a utilizarlo, vuelven a manos y cara, por ello es aconsejable utilizar pañuelos desechables y desecharlos una vez se utilicen, sin reutilizarlos.

Evitar el contacto con personas que ya la padecen. Parece algo obvio, pero al ser enfermedades muy comunes, en ocasiones olvidamos el avisar a otra persona de que lo padecemos y contagiamos a la gente que nos rodea por no haber avisado. En el caso de ser nosotros quienes tenemos el virus, es importante taparse la boca en caso de tos o estornudo.

No compartir elementos de higiene personal ni utensilios de cocina con nadie. En lugares como oficinas pequeñas y en casa es algo que muchas veces puede pasar por alto y es una forma rápida de extender la enfermedad.

Con estos pequeños gestos podemos evitar aumentar el número de contagios, reduciendo así el riesgo de pasar unos días en cama con malestar general y otras molestias tan incómodas como la tos o la mucosidad.

Volvemos a recordar la conveniencia de visitar al médico en casos en los que los síntomas sean más graves, duren más de lo normal, y en personas que entren en el grupo de riesgo, embarazadas, mayores de 65 años e inmunodeprimidos.

En cualquiera de los casos, cuando se trate de enfermedades y de nuestro cuidado o el cuidado de nuestras familias, tanto si se trata de gripe, resfriado o cualquier otra enfermedad, queremos estar a vuestro lado ofreciendo el mejor cuadro médico. Es por eso que os recordamos que tenemos a vuestra disposición nuestros seguros de salud, para cubrir cualquier necesidad que pueda surgiros en el día a día.

Estaremos más que encantados de ser vuestro seguro de referencia y de acompañaros en los cuidados más importantes.