Señales de alarma de un infarto de miocardio

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El infarto de Miocardio es la primera causa de muerte en los países desarrollados. Por lo tanto, todo el mundo está en riesgo de sufrir uno en cualquier lugar o contexto. Andorra está en una posición ventajosa frente al resto del mundo, pues se encuentra entre los países con menor tasa de mortalidad. En este sentido, se trata de una afirmación que evidencia la calidad de vida en el Principado. Sin embargo, y volviendo al tema, cualquier persona debería poder reconocer los signos de alarma frente a un infarto: lo que está en riesgo es su vida.

Qué debes saber sobre un infarto de miocardio

Uno de los aspectos más importantes ante las señales de un infarto de miocardio es tener claro lo que se tiene que hacer cuando suceda, y sobre todo actuar en el menor tiempo posible. Hacerlo de esta forma, a veces, no es posible ni tan siquiera fácil; por ello es tan importante conocer en detalle la información básica sobre el tema.

Hay dolores muy identifícales, como por ejemplo el clásico dolor en el pecho que se irradia a los hombros, cuello, brazos o espalda. Y es que hay que tener en cuenta que es la manera en la que el organismo manifiesta que el corazón está empezando a tener problemas serios. Esto significa que el músculo cardiaco necesita oxígeno que no está recibiendo de la sangre, puesto que ha quedado bloqueada por una o más arterias coronarias. Lo que ocurre es que el cuerpo no siempre envía señales claras.

Sin embargo, conviene saber que una persona puede sufrir una angina sin necesidad de tener un infarto de miocardio. Y, además, también se puede sufrir un infarto que no esté acompañado de los dolores de pecho que se producen por la angina. En esta línea, se cifra en 1/3 las personas que sufren un infarto de miocardio sin sentir un dolor como el descrito.

Síntomas más comunes

Hasta ahora hemos citado una situación, en líneas generales, recurrente; sin embargo, los síntomas más comunes antes de producirse un infarto de miocardio consisten en experimentar una extrema dificultad al respirar, o la falta de aire. Y, además, también se registran otros síntomas como náuseas, sudoración, mareo, palpitaciones o ansiedad.

No obstante, hay que tener en cuenta que estos signos no son necesariamente específicos de lo que conocemos como infarto, y pueden ser la consecuencia de cualquier otra situación que se manifiesta en el cuerpo. Por ejemplo, es un clásico el caso que puede llegar a confundir a los médicos: cuando un paciente sufre reflujo gástrico, y confunde los ácidos con un problema relacionado con el corazón.

Otros factores que influyen son la tensión y los dolores musculares en el pecho, un caso que también suele confundirse con la angina. Sin embargo, las personas que se han enfrentado a un infarto saben que es mejor la precaución al error.

Cómo actuar ante un infarto de miocardio

Si en algún momento sospechas, al tener el más mínimo síntoma, que estás sufriendo un infarto de miocardio, debes dejar lo que esté haciendo en ese momento. Pide ayuda y evita ir solo al hospital, especialmente en coche. Además, debes ser consciente de la importancia de evitar todo lo que añada más estrés a tu corazón. Si en algún momento, previo a los síntomas actuales, has recibido el diagnosticado de sufrir una angina, es importante que lleves tu medicación a mano.

¿Qué hacer después de un infarto?

Tras vivir un episodio médico de estar características, las personas pueden sentirse tristes. Aunque también es frecuente sentir ansiedad, o la necesidad de extremar el cuidado con todas las cosas que se hacen. Estos escenarios son absolutamente normales tras un infarto de miocardio, y en la mayoría de los casos estas sensaciones suelen desaparecer en quince días o tres semanas.

Una buena receta es descansar durante las primeras cuatro o seis semanas tras haber sufrido el infarto. Además, complementariamente ha de evitarse levantar objetos pesados, y si es posible, es conveniente contar con ayuda para realizar las tareas del hogar. Además, se recomienda incluir, en el día a día, descansos de entre treinta y sesenta minutos, durante las primeras cuatro o seis semanas después del infarto.

Hábitos saludables para prevenir un nuevo infarto de miocardio

Al margen de estas consideraciones, no está de más la práctica de hábitos saludables, como una alimentación sana o el ejercicio físico moderado y controlado. En este sentido, tu médico te dará las indicaciones para saber cuidar tu corazón a través del ejercicio. En líneas generales, una de las claves iniciales es que debes tener la capacidad de poder hablar con normalidad cuando hagas cualquier actividad normal. Por ejemplo, nos referimos a caminar, o a tareas sencillas como arreglar la mesa o poner la lavadora. Si no te es posible realizar estas actividades, lo mejor es parar y descansar. En todo caso, los especialistas te darán indicaciones que se contemplan en su programa de rehabilitación cardíaca.

Una vez haya superado este escenario, deberás valorar cuándo es conveniente volver al trabajo, y en qué condiciones. Sin embargo, la vuelta a su vida normal dependerá de varios factores; entre ellos, de tu estado físico antes del infarto, y del impacto del ataque al corazón. Aquí se contemplan también aspectos como si hubo complicaciones, o la rapidez de tu recuperación. En cualquier caso, serán los médicos quienes evalúen estos aspectos. Lo más importante es que te vayas recuperando poco a poco siguiendo las indicaciones médicas, hasta que consigas adaptar tu nueva realidad a tu vida.

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