Cómo iluminar tu hogar para crear ambientes únicos

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La decoración es uno de los elementos clave para conseguir una estética determinada, e incluso para crear diferentes ambientes dentro de un mismo espacio. Pero, ¿sabías que también puedes conseguirlo con la luz? ¡Descubre cómo iluminar tu hogar y transforma su apariencia por completo!

La importancia de la luz

No cabe duda de que no hay mejor iluminación para una vivienda que la luz natural. Está demostrado que esta afecta en nuestro estado de ánimo. ¿Te suena esa relación entre los días nublados y lluviosos con la tristeza? Si bien no tiene que condicionar nuestras emociones hasta tal punto, sí que es cierto que la luz solar es beneficiosa.
Por ejemplo, favorece la creatividad, mantiene alejados los sentimientos de tristeza y nos aporta una inyección de alegría en el día a día. Sin embargo, no siempre es posible disfrutar de esa claridad, ya que todo depende de la zona en la que residamos y de la orientación de una vivienda y, en particular, de sus ventanas.
Pero sea cual sea la orientación de tu vivienda, también puedes aprender a iluminar tu hogar para que la luz sea la idónea cuando los rayos del sol comienzan a extinguirse. Hay que tener en cuenta que durante los meses de otoño e invierno la intensidad de la luz es menor, así como las horas de esta.

Tipos de luces para iluminar tu hogar

El primer punto a valorar si te planteas iluminar tu hogar porque persigues una estética determinada, es la elección del tipo de luces. En la actualidad, las luces LED son las principales protagonistas, no solo por su reducido consumo y larga vida útil, sino porque consiguen crear ambientes únicos.
En su día, resultan más caras que ahora y su inconveniente solía ser el de ofrecer una luz demasiado fría. Pero con el paso de los años y los avances en tecnología, esta iluminación abarca todas las temperaturas posibles y logran que hasta la estancia menos agraciada resulte acogedora.
Por si no tienes del todo claro a qué se refiere la temperatura de la luz, debes saber que hacen referencia a la tonalidad o el color que emite dentro de un espectro luminoso. Así, las luces que se consideran frías son aquellas que resultan muy blancas, mientras que las cálidas se acercan al amarillo y al naranja.
Como decíamos al comienzo, la luz tiene la capacidad de influir en cómo nos sentimos. Si piensas en los bares y restaurantes, observarás que suelen apostar por una luz tenue y anaranjada, que invita a la intimidad y a la tranquilidad. Por el contrario, en los hospitales la luz tiende a ser blanca y fría, lo que nos resulte desagradable.
No obstante, esta diferencia no condena a ninguno de los dos tipos de iluminación; ambas son muy útiles dentro de una vivienda. De lo que se trata, tal y como veremos a continuación, es de encontrar el lugar idóneo para cada una de ellas. 

Luz fría o luz cálida

Para elegir un tipo de luz con la que iluminar tu hogar, vas a tener que pensar en la finalidad de la estancia o lo que deseas hacer en ella. Por ejemplo, la cocina o el baño tienen una función muy clara, pero ojo, que si cuentas con el espacio suficiente, también puedes crear un rincón para ti al que darle otro uso.
Los rincones para la lectura, los espejos que necesitan una iluminación intensa para poder vernos o estas dos estancias, suelen requerir una luz que sea fría; es decir, que sea blanquecina. ¿Por qué? El principal motivo es que así no interfieren con los colores de la habitación.
Por el contrario, las luces ambientales, esto es, que no están dirigidas a ningún punto en particular, se recomienda que sean cálidas, dado que resultan más agradables y son menos intensas. Si volvemos al ejemplo del restaurante, las luces de las zonas de paso podrían ser frías; las de las mesas, algo más cálidas para generar intimidad sin llegar a distorsionar los colores de la comida; en la barra, se necesita una luz directa y puntual, mientras que en la cocina, la fría es la adecuada.

¿Cómo iluminar tu hogar con éxito?

Ahora que tienes una idea clara de los tipos de luces que existen y de cómo se suele jugar con ellas para crear ambientes y para ofrecer la intensidad de la iluminación adecuada, es el momento de pasar a la iluminación del hogar.

Sala de estar

El salón es la estancia que más juego da, ya que suele ser la más grande de toda la vivienda. La finalidad de esta habitación no es específica, sino que se emplea para el recreo. Por lo tanto, si quieres crear un ambiente único, te recomendamos que apuestes por una iluminación cálida general. 
Para zonas puntuales, utiliza flexos o focos con una luz diferente y algo más fría, así podrás aportar más iluminación en una esquina que quieras usar para leer o escribir, para iluminar la mesa del centro o para decorar el mobiliario. Las cintas de luces LED son una de las apuestas más actuales.
En el caso concreto de la mesa del comedor, que es el elemento principal de esta zona de la sala, es conveniente que la luz sea clara, pero sin llegar a deslumbrar ni tampoco producir brillos en el vidrio o sombras en los platos.

Cocina

La luz en la cocina puede ser más fría que en otras estancias, puesto que necesitas una correcta iluminación para poder ver la comida o en el interior de los armarios. Aquí también se combina la luz general con las puntuales.
Los armarios o la encimera pueden llevar las tiras LED que mencionamos en el punto anterior. Sobre la vitrocerámica o equivalente, apuesta por una luz fría directa que te dé visibilidad y sobre la mesa donde vais a comer, sucede como en la mesa del comedor, que debe tener una intensidad media para iluminar sin crear brillos ni sombras. Todos estos contrastes son los que consiguen diferenciar ambientes y hacer que cada estancia tenga su propia personalidad.

Dormitorio

En el dormitorio la luz es blanca y fría, para poder iluminar con intensidad toda la estancia. Esta sería la cenital, que se coloca en el techo. No obstante, te sugerimos que esta apunte hacia el techo y no hacia abajo, porque así ocasionaría sombras incómodas. Para acompañar, coloca luces de lectura en las mesillas de noche. Estas pueden ser más suaves.
Si se trata de un dormitorio infantil, se suele jugar con las luces indirectas. Así mismo, si cuentan con un escritorio donde estudien o jueguen, se debe poner una lámpara específica con una luz más fría que ilumine lo suficiente.

Baño

El baño es una estancia que se asemeja en mayor medida a la cocina. En ambas, lo que se necesita es una luz que sea práctica y que permita desempeñar las funciones necesarias, por ejemplo, cocinar o maquillarse.
Además de la luz principal, el espejo del lavabo requiere de uno o varios focos específicos. Puesto que aquí es donde nos aseamos y arreglamos, se suele buscar la mayor luminosidad que sea posible. Si tu baño tiene una ventana, intenta aprovechar esa luz lo máximo que puedas.
Para ello, puedes prescindir de una cortina si te garantiza la intimidad, u optar por mamparas transparentes en el plato de ducha o la bañera. Y si necesitas un aporte extra en esta última porque no dispones de la suficiente iluminación, siempre puedes colgar bombillas desde el techo.

Otros consejos útiles

Además de todos los trucos que hemos aprendido para iluminar tu hogar y que los ambientes sean diferentes entre sí, también puedes elegir aquellas lámparas que incluyen reguladores de intensidad. ¡Así multiplicarás las posibilidades en cada estancia!
Y si quieres llevar la decoración de tu vivienda a otro nivel, atrévete a cambiar los muebles de sitio para crear zonas diferenciadas. Para ello, visualiza primero el espacio y luego planifica los distintos espacios que deseas. Los tabiques o la colocación del mobiliario puede ayudarte con las divisiones, como las estanterías o los sillones que dan la espalda, pero lo que más eficaz resultará, sin duda alguna, es la elección de la iluminación.
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