¿Qué comportamiento tienen los perros en verano?

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Los perros en verano se comportan de forma diferente a otras estaciones porque tiene sus particularidades. El calor, la gran cantidad de horas de luz, las vacaciones y pasar un mayor tiempo con ellos son algunos de los factores que influyen en estos cambios en su forma de ser. Muchos de ellos pueden resultarnos muy diferentes, pero tienen su sentido.

¿Cómo se comportan los perros en verano?

El cambio de estación propicia ciertos comportamientos que antes no tenían. Algunos son inocuos y lógicos si los relacionamos con la situación. Otros pueden esconder una patología subyacente y es mejor conocerlos en profundidad para descartarlos. Todo lo que hagan debe tener su razón. Vamos a ir, uno por uno, desgranando el por qué ocurre, cuándo es normal y cuándo no. También te daremos algún consejo para mitigar alguno de los comportamientos que tienen los perros en verano y que son algo dañinos.

El perro se rasca más

Este comportamiento no está asociado al verano sino a dos situaciones que se pueden dar o no con más frecuencia en verano. Las dos causas más habituales son:

  1. Muda de pelo. En ocasiones, los perros mudan el pelo en verano. Depende de la raza, el tipo de pelo y con qué frecuencia se realice un cepillado. Por lo general solo hay dos mudas (primavera y otoño), pero debes consultar tu caso particular para saber si se trata de un perro con cuatro mudas. Si tu mascota está mudando el pelo y no se están tomando medidas puede que se rasque para que esos pelos sobrantes caigan al suelo con más facilidad. La muda veraniega es para quitarse el pelaje más denso por uno más fino. Puede hacerlo con las patas o restregándose contra el mobiliario. Vigila que esta sea la razón y que notes más pelo en su zona de dormir o los sofás.
    Consejo: cepilla a tu perro cada día para retirar todo el pelo que le pueda molestar.
  2. Infestación por pulgas o garrapatas. El verano es la estación más propicia para que los insectos trepen por el pelo del animal y lo infesten. En el caso de las pulgas el picor será mayor, ya que no solo habrá una sino varias que seguirán intentando reproducirse. Para eliminarlas se puede utilizar un champú especializado. Si hablamos de garrapatas la cosa cambia, puesto que son muy peligrosas. Se meten en el pelo y muerden la piel del perro y le chupan la sangre. Para retirar la garrapata se debe hacer con conocimiento o el parásito podría liberar toxinas al torrente sanguíneo del animal. El perro se rascará una zona concreta indicando el lugar en el que está. Se suelen encontrar en la zona de las orejas tras haber paseado por zonas de hierba alta. Evitar parques es una forma de evitar este problema. También se debe revisar a los perros en verano tras el paseo.
    Consejo: ten pendiente el calendario de desparasitación con pastilla que recomienda el veterinario. Consulta el uso de pipetas y collares antiparasitarios.

Nuestra mascota come menos

El verano y el incremento de temperatura consigue una menor apetencia en los animales. También ocurre con las personas y ellos no pueden ser menos. El exceso de calor quita el hambre a los perros en verano, ya que les incomoda y es una sensación predominante en el día a día. Eso también se debe a que realizan menos ejercicio de lo normal. Los paseos son más cortos y espaciados en el tiempo debido a que hay horas en las que no pueden pisar la calle. Cuanta menos energía gastan menos energía requieren, y eso se ve en su cuenco más lleno de pienso de lo normal.

El consejo que te damos es que no fuerces a tu perro a comer más cantidad. Si no lo está haciendo es porque no lo necesita. Puedes probar con premios o alguna comida que le guste más si sientes que apenas prueba bocado, pero sin forzar. El animal deberá acercarse y tomarlo si quiere. Si no come absolutamente nada sí que sería preocupante. Debes comprobar que esa inapetencia de los perros en verano esté causada por el calor y no debido a una patología subyacente. Cuando los perros no comen suele ser una alerta de que algo va mal. Consigue bajar la temperatura de tu hogar para ver si tu perro se espabila más y vuelve a tener más apetito.

Cambio en sus rutinas y horarios implementados

La estación estival conlleva más luz en el día, por lo que anochece más tarde. Esto es algo que los perros en verano no entienden debido a que su reloj interno se guía por la cantidad de luz. Por lo que puede que se despisten un poco de sus rutinas. Si tu animal está acostumbrado a pedirte la comida o salir a ciertas horas, en verano quizá se equivoque. Esta desorientación se da al principio y al fin de la estación.

Para acostumbrar al perro al cambio de la luz lo ideal es dejar que entre algo de luz de la calle. Es muy típico el querer aislarnos de los rayos del sol con persianas y cortinas para evitar así el calor, pero el perro quedará confuso en esa penumbra creada. También se deben dar paseos más largos aunque sea por la sombra y a horas más cercanas a la noche. Así notará que el sol está más o menos alto y cuantas horas de luz quedan.

Está más asustadizo

Dependiendo en la región en la que vivas puede haber más o menos tormentas, pero las que suelen darse en verano son tropicales. Y esto significa que las tormentas suelen ser eléctricas, las lluvias torrenciales y los vientos huracanados: es decir muy fuertes. Los perros huelen el ambiente y lo notan mucho antes de que suceda. Este poder meteorológico que poseen, por desgracia, solo consigue que aumente su ansiedad y su miedo, puesto que pasan más tiempo sufriendo. Los rayos y los relámpagos son los sonidos que más detestan en general los perros en verano debido a que los oyen mejor que nosotros gracias a sus desarrollados oídos. El repiqueteo del agua contra los cristales también les hace esconderse.

Intenta hacerle un refugio en el que se sienta cómodo para evitar el estrés que les supone. Les gusta estar resguardados, a oscuras y con el menor ruido posible, es decir, lejos de la ventana. Prepáralo todo con anterioridad a que sienta ansiedad. Si tu perro se pone demasiado estresado siempre puedes recurrir a medicación para evitarlo. Tu mascota no tiene por qué sufrir y no se acostumbrará con el tiempo. Es su instinto de supervivencia el que lo provoca.

Perro vago o apático

¿Crees que tu perro está triste? ¿Le notas más parado? ¿Se pasa el día tumbado en el suelo sin hacer nada? ¿Crees que duerme demasiado? Es normal que la energía de los perros baje con el calor. Si tu perro está aprovechando el fresco del suelo para estar tirado a gusto, probablemente tú también lo estés haciendo en el sofá. Los perros no tienen glándulas sudoríparas para sudar como nosotros, y su temperatura basal es más alta que la nuestra ya de por sí. Es lógico que los perros en verano no tengan tantas ganas de jugar, correr y saltar. Cuanto más calor haga más echado en el suelo verás a tu animal. Separará las patas más y buscará que su hocico esté más fresco.

Para ayudarle debes conseguir que la temperatura de la habitación sea más fresca. Puede que siga sin jugar tanto, pero modificará su postura y estará más a gusto.

Si vives en una casa con piscina puede bañarse en la piscina. Incluso darle un baño con la manguera en el jardín será agradecido para refrescarse. Notarás como vuelve a la vida y deja de echar la siesta. Hay múltiples actividades que hacer con los perros en verano. No te conformes con quedarte dentro evitando el sol.

Desde Assegur te sugerimos que, a pesar de tomar todas las precauciones posibles con los perros en verano, te hagas con un seguro para mascotas. Los golpes de calor son muy graves, así como otros problemas como la infestación de garrapatas o la quemadura de sus almohadillas. Los accidentes ocurren y es mejor estar preparado.