Las personas que tienen mascotas saben que sienten emociones. Les ven nerviosos, alegres, enfadados y también alicaídos. Conocer el estado de ánimo de nuestros animales es fundamental por muchas razones. Por ejemplo, si un perro está triste, puede ser un síntoma de alguna enfermedad o necesidad de atención. Pero ¿cómo lo identificamos?
¿Cómo saber si mi perro está triste?
Una mascota no tiene las mismas herramientas que nosotros para expresas qué siente. A pesar de ello, sienten tristeza o apatía ante diversas situaciones: Sentimiento de abandono, pérdida de un ser querido, al sentir estrés ante ciertos cambios que ocurran en su entorno, o al sentir dolor. Sea cual sea la causa, es importante identificar los síntomas, para poder analizar cuál es la raíz del problema y ponerle solución. A fin de cuentas, queremos que nuestra mascota se sienta lo mejor posible. Algunos síntomas que indican que nuestro perro está triste son los siguientes:
- Pérdida del apetito. Podemos observar que come menos, o que no come en absoluto.
- Puede mostrarse apático. Lo detectaremos si pierde las ganas de jugar, salir a pasear, o evita el contacto con nosotros.
- También puede ocurrir que parezca asustadizo. En estos casos se sobresaltan con facilidad, o pueden acudir con miedo a las llamadas que les hagamos. Incluso pueden llegar a esconderse.
- Demasiadas horas de sueño, o de que permanezca demasiado tiempo en su rincón de descanso.
- O, por el contrario, puede aparecer un exceso de actividad. Si se muestra hiperactivo, echa a correr o salta sin razón aparente alguna, puede ser porque se encuentre nervioso.
- Por último, puede ocurrir que aparezcan tendencias destructivas. Si de pronto empieza a morder sin control o romper cosas, sacar la comida del cuenco, o actitudes en general destructivas que no haya hecho antes, puede ser un signo de tristeza o algún tipo de problema.
¿Cómo puedo ayudar a mi perro?
Como ya hemos visto, la tristeza o la apatía puede ser un síntoma de que algo va mal en la salud de tu compañero. Por eso, puede ser conveniente que hagas una visita al veterinario y le pidas su opinión. Si crees que el motivo deriva de que se siente solo, o por estrés debido al cambio, tu mejor opción es distraerle. Dedícale tiempo, juega con él y, por supuesto, sal a dar largos paseos. El aire libre, y correr sin limitaciones, suele sentarles particularmente bien. También puede dar buen resultado enseñarle algún truco nuevo, ya que los ejercicios de memorización le distraerán de su estado apático. Pero, recuerda, lo primero es consultar a un profesional, para descartar problemas mayores.
Si quieres cuidar de tu mascota cuando más te necesita, puedes optar por contratar un buen seguro para él.
